sábado, 26 de octubre de 2013

Tu rostro, el viento.

 Luz
que calienta el gran salón iluminado.
Aire
que huele a...
a la piel que...
mira
cómo bailo
distante y distraído
observando
mi sonrisa,
mi ondular reflejando luz.
Sí, sí,

lo sé.
¿Qué más da todo ya?
Y bailo hasta el amanecer,
dejando que la música libere mi placer
ante ti
que
distante
no tocaste
no rozaste
no besaste
sólo mirar
tu rostro, el viento entre los dos.
 
Fleurs du mal (Adrien Henri Tanoux)